lunes, 1 de marzo de 2010

Puente de Andalucía en: CASTRIL. Belleza extrema


Castril es uno de los pueblos con especial encanto que nos conquistó desde que lo descubrimos hace años.
El pueblo tiene una situación geográfica privilegiada, en la espalda de la sierra de Cazorla; la sierra de Castril regala un paisaje kárstico y un bosque mediterráneo que sorprende gratamente. Yo diría que es Cazorla con una belleza serena.

Sin riesgo de ciclogénesis explosiva (???) cuanto mas al este nos dirigieramos, decidimos ir a Castril, eso si, previamente pasando por Orce, Galera y Velez Blanco, que aunque no estaban lo que se dice “de paso”, merecían la pena el desvío. Esta parte de la ruta nos ha recordado el paisaje de Marruecos...
La Sierra de Castril está absolutamente preciosa, el agua brota desde cualquier rincón a dónde se dirija la vista, los almendros en flor ya retan como siempre a la primavera, los embalses alivian agua con un ruido atronador, promete ser una primavera explosiva.

No dejar de ver: la Peña del Sagrado Corazón, el paseo de la voz dormida, la iglesia, el taller de vidrio, la casa museo de Saramago, (hijo adoptivo de la ciudad), probad las tapas en la calle principal y observad el original asolado de la calle, el centro de visitantes (museo etnográfico) el nacimiento del río Castril, la cerrada de la Magdalena… me encanta Castril: gente buena.
Y buena gente y divertida, la que nos ha acompañado en este viaje.

"el mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir...no dijo miedo dijo pena..." José Saramago



(pinchar en la foto para verla más grande y poder leer el texto de José Saramago)

3 comentarios:

  1. Me alegro que hayas dejado la mesa de diseño, en el mercadillo las hay mejores, si me apuras en la cochera de los trastos, los hijos te habian llevado una.
    Felicidades por recordarnos a Castril y sobre todo la ternura de Saramago, el tiempo es limitado pero tu lo haces que se estire como un chicle. Suerte que te hara falta y sigue creciendo contra viento y marea "palmerita" un beso.

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  2. ¡Ay piececitos, qué bonitas cosas me dices!.
    Yo también te quiero.

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  3. Sensible sin duda, como las palabras y el mismo viento

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