Quería titular este post : LA SONRISA DE LOURDES pero seré metódica y le daré el mismo formato a todos los post que traten la visibilidad bloguera de la enfermería.
Seguimos
hablando de las IMPRESCINDIBLES en el EQUIPO MULTIDISCIPLINAR dándole cara y
voz al CUIDADO con excelencia y calidad.
Os presento a Lourdes, Auxiliar de Enfermería de la 6ª planta de Traumatología del HTR, una
profesional especialmente comprometida con los cuidados y docente en los
talleres de Cuidadoras que todos los meses se celebran en el Hospital *
Recuerdo el día que conocí a Lourdes, hace ya 2 años, la llevaba observando un tiempo
(cosas de antropólogas, observación NO participante) y un día me atreví y me
acerqué a ella. “Lourdes: es especial tu forma de trabajar y tu sonrisa lo ilumina
todo”-le dije- Sonrió y me dió las gracias. Con el tiempo, he tenido la suerte de reirme con ella y
aprender mucho de cómo trabajan las Auxiliares de su Unidad.
Un día la invité a escribir para el blog, una
reflexión, una historia, algo sobre la docencia que imparte a las cuidadoras en los talleres; -escribe algo que haga visible tu trabajo Lourdes, le dije - y me
trajo esta historia.
Una historia que titula BUENOS DÍAS AMIGA, una historia que
todos los profesionales que la leáis reconoceréis inmediatamente. Todos
reconoceremos a Juan entre nuestros pacientes, todos imaginaremos a sus
cuidadores, todos sabemos lo que Lourdes nos está contando, todos veremos la
importancia de la NIC 5340
PRESENCIA* y el diagnóstico 000148 TEMOR, todos imaginaremos la CALIDAD profesional Y CALIDEZ humana en estos momentos.
¡¡BUENOS DÍAS AMIGA!!
Esta es la historia de Juan, un chico que solo tiene 17 años. Es un niño amable, educado, tierno como un peluche y sobre todo frágil.
Todo comenzó un noche cuando llego a la planta sin mas compañía que la del celador que llevaba su cama, cuando yo entré en la habitación me dijo: ¿Señorita donde están mis padres que no están aquí conmigo? Y yo le respondí: ¡no te preocupes! lo mismo han salido a tomar un café o vienen en el otro ascensor. Bueno tranquilo, le dije, lo más importante
es cómo te encuentras, él me dijo- estoy bien de momento-; procura descansar te dejo el timbre cerca por si necesitas algo, -¡vale! muchas gracias señorita-, me dijo Juan.
Al poquito rato suena el timbre de su habitación, llego a ella y le pregunto: ¿Juan que te pasa? Y me contesta llorando: señorita tengo mucho miedo, ¿Cuándo van a venir mis
padres? Pues señorita nosotros somos de pueblo, lo mismo se han ido y no vienen hasta mañana y a mi me da miedo de quedarme aquí solo todo la noche...
padres? Pues señorita nosotros somos de pueblo, lo mismo se han ido y no vienen hasta mañana y a mi me da miedo de quedarme aquí solo todo la noche...
Juan no te preocupes, las puertas de la planta están cerradas y nosotras vamos a estar toda la noche pendientes de ti, y además, voy hacer una llamada para que localicen a tus padres.
Él en su tristeza y con aquella pena que no le dejaba ni hablar me dijo:
Señorita, ¡que buena es usted!. Aquella expresión me llego tan adentro que me dije a mi misma: “Señor cuánto se puede hacer con solo tender nuestra mano de profesionales”. Después de mi llamada los padres se presentaron al instante, solo habían ido a cambiarse de ropa al pueblo (había sido un día muy largo y muy difícil).
Señorita, ¡que buena es usted!. Aquella expresión me llego tan adentro que me dije a mi misma: “Señor cuánto se puede hacer con solo tender nuestra mano de profesionales”. Después de mi llamada los padres se presentaron al instante, solo habían ido a cambiarse de ropa al pueblo (había sido un día muy largo y muy difícil).
Ya los ojos de Juan
dejaron de llorar; y la presencia de sus padres dejaron que Juan descansara toda la noche;
YO tuve la suerte que cuando volví a la planta después de mis descansos Juan me recibió a la entrada de su habitación con un ¡BUENOS DÍAS AMIGA! Ya no era señorita, era su AMIGA.
Fue un caso complejo, un niño de 17 años vulnerable y podemos entender el terror que sentía al quedarse sólo en la habitación.
YO tuve la suerte que cuando volví a la planta después de mis descansos Juan me recibió a la entrada de su habitación con un ¡BUENOS DÍAS AMIGA! Ya no era señorita, era su AMIGA.
Fue un caso complejo, un niño de 17 años vulnerable y podemos entender el terror que sentía al quedarse sólo en la habitación.
Se fue felizmente ya de alta.
Lo único que no podréis imaginar es la cara y toa la gracia que
tenía la relación de Juan y Lourdes, pero eso, queda para la intimidad de la
relación profesional y para nuestro recuerdo cada vez que recordamos aquellos días.
BLOG QUE HAN TRATADO EL TEMA Presencia :
Manoli Domingo en : Estandares de Cuidados de Enfermería
*5340 PRESENCIA Permanecer con otra persona durante
los momentos de necesidad
*los talleres de cuidadoras, que estoy segura que os
interesarán mucho, estan coordinados por mi compañera de despacho, Carmen ,
Gestora de Casos ( pero esa historia para otro día)